Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.
A casi 10 años de su creación, el bono que reciben los 42 diputados locales se ha elevado 280 por ciento, a 133 mil pesos mensuales, a la vez que también ha crecido la opacidad al reportarse su gasto y los rubros en que se puede ejercer.
La partida, que fue incluida en el artículo 49 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo y fue llamada "Función Legislativa", fue revivida el 23 de diciembre del 2012 por los diputados de la Legislatura 73, tras siete años de haber desaparecido.
El argumento fue que los legisladores recibían peticiones de ciudadanos para que los apoyaran con medicamentos, despensas y otro tipo de artículos.
El monto inicial establecido para el bono fue de 35 mil pesos mensuales para cada legislador, y sólo podía utilizarse para la operación de oficinas de gestoría, contratación de personal y compra de equipo de cómputo.
A partir del 2016, el Comité de Administración del Congreso avaló nuevos lineamientos que incluyeron nuevos conceptos de gasto, que van desde la contratación de servicios de marketing, manejo de redes sociales y despachos de asesoría externa, hasta pago de alimentos, gasolina y arreglos florales.
Los diputados han incrementado el monto del bono y los conceptos en los que pueden gastar el recurso. Crédito: EL NORTE
Border Hub y El Norte publicaron la semana pasada que la opacidad en que los diputados mantienen la partida conocida como "bono de gestoría" les permite ocultar gastos que parecen más un sobresueldo no autorizado, que para el apoyo a los ciudadanos.
Rebeca Clouthier, que fue diputada de la Legislatura 73, en la que se revivió la partida, señaló que en 10 años el bono se ha desvirtuado.
"Hoy por hoy hemos visto lamentablemente que de esos 35 mil pesos ahora son 133 mil pesos", indicó.
"(Son) 100 mil pesos más, y que cada vez, en lugar de ser transparente, es más opaco y se ha desvirtuado más el fin del mismo.
"Ahora se dedican a promoverse, a comprar votos, a hacer todo menos para lo que fue creado, y también con la disyuntiva que tampoco se les exige que se transparente".
Luis David Ortiz, también ex legislador de esa Legislatura y actual senador, dijo que desde un principio rechazó la partida al considerar que un diputado no debe dar apoyos sociales.
"¿Cuál es la función de los legisladores?", cuestionó, "nosotros no debemos andar repartiendo sillas de ruedas o dar quimioterapias. Esa es una función del Ejecutivo".
En 10 años, las publicaciones periodísticas han comprobado que la opacidad en la que se encuentra el recurso les ha permitido a los legisladores ocultar pagos hechos para mejorar su imagen personal, pagar comidas en restaurantes de lujo y hasta para simular gastos con empresas que forman parte de una red "fantasma".